He tenido la fortuna de acompañar la historia de amor de Maikel y Neus desde sus primeros pasos, viendo cómo su noviazgo crecía con los años.
El día que me pidieron ser el fotógrafo de su boda, supe que sería algo muy especial. Entre risas, miradas cómplices y la confianza que nos da la amistad, capturamos cada instante con el corazón.
Hoy, verlos felices con cada imagen es la mejor recompensa… porque no solo son fotos, son recuerdos que contarán su amor para siempre.
























